Olga Yegorova*

A cada uno le toca escoger la cuchara con la que come. En la metrópolis La Paz, cada vez más gente reconoce la responsabilidad que tiene con la comida que pone en la boca de sus comensales día a día. Así que, las organizaciones y restaurantes que promueven “comida consciente”, incluyendo el vegetarianismo, van creciendo. Sopocachi, el distrito con cultura floreciente refleja eso. Además de fomentar la comida sostenible, tres lugares de este barrio también logran a acabar con algunos mitos sobre la alimentación vegetariana.

Mito 1: La comida sin carne es mala para la salud
Prueba 1: Restaurante Vegetariano Armonía – Desde el campo a tu boca.

Entrada del Restaurante Armonía: Avenida Ecuador Nº 2286, Lun-Sáb 12:00 – 14:30, Almuerzos Buffet, Bs 34.

Juana Brunhart y su esposo Peter vinieron a La Paz desde Perú. “Todo empezó porque cada vez que veníamos a La Paz queríamos algo vegetariano; buscamos, pero comíamos mal. Cuando compramos esta casa, establecimos una librería abajo y nos preguntamos: ¿Qué hacemos en el espacio de arriba? ¡Un restaurante vegetariano! – y así llevamos 18 años”. Los Brunharts se consideran como parte de la generación que quiere cambiar, romper con los esquemas establecidos. “Nunca estábamos de acuerdo con la producción capitalista de ganar, ganar, ganar. Por eso siempre queríamos frenar lo que producen las grandes producciones”, señala Juana.

Juana Brunhart muestra las hierbas delante del restaurante

Para poder cumplir con este reto, los Brunharts recorrieron un gran proceso de aprendizaje. “Desde muy joven ya en Perú, aprendimos de la producción natural. Cuando vinimos acá, era necesario tener respeto por las costumbres bolivianas. Tuvimos talleres con personas que nos han mostrado variaciones de platos bolivianos vegetarianos”, cuenta Juana. Hoy, toda la variedad del buffet viene de una producción orgánica desde el campo. “Con gran ilusión empezamos a producir comida orgánica en nuestro terreno en Achocalla. Pero había que pasar muchos años hasta que esos terrenos fueron cultivables. Finalmente podemos decir que toda la comida aquí es orgánica y muy variada”.

La experiencia de los Brunharts no solamente atrae gente para almorzar.  Muchas de las personas que vienen  al restaurante fueron aconsejadas por su médico debido a problemas de salud. La pareja, les dan orientaciones para mejorar su alimentación. “En nuestras vidas hemos experimentado que la comida orgánica nos purifica por dentro. La vida puede ser muy larga, pero hay que estar sano. Estamos contentos que somos un nicho que la gente busca”.

Comida sin carne es mala para la salud – El Restaurante Armonía nos hace dudar de este mito. Así que, si quieres comer y sentirte como nuevo, purifícate con el almuerzo orgánico de la Armonía.

Mito 2: Comer sólo verduras complica la vida porque no se puede comer rápido y barato
Prueba 2: Laksmi – Hamburguesas energéticas, rápidas y nutritivas.


A partir de las 10, las hamburguesas se encuentran en Sopocachi (Bella Vista 61, casi Aspiazu).

¿Necesitas comida rápida y barata de vez en cuando? ¡No hay problema! Producidas y vendidas en una casa espiritual en Sopocachi, estas hamburguesas son veganas sin perder las características de un snack – precio bajo, gusto rico y preparación rápida.
La idea para las hamburguesas empaquetadas en papel que dice “Amor Universal” surgió hace cuatro años. “Empecé a manejar la revolución de la cuchara, un proyecto a nivel mundial para introducir el vegetarianismo, los derechos de animales y temas alrededor del medio ambiente. La idea principal fue de promover el vegetarianismo como una forma de nutrición saludable porque muchos consideran que los vegetarianos somos conejos, que solamente comemos verduras. Pero no es así. Tu puedes encontrar preparaciones vegetarianas bien ricas”, nos cuenta Prema Dhana, la iniciadora del proyecto.

Cerrado en un pan integral, lentejas tostadas reemplazan la albóndiga de carne. Las meriendas veganas a ocho Bolivianos no solamente llenan el estomago. Además son recargadas “energéticamente”, como indica Prema Dhana. Mientras hacen las hamburguesas, Prema Dhanna y los voluntarios de la casa meditan y bendicen la comida según una tradición hinduista. “Como el dicho dice: Eres lo que comes. Entonces, si comes violencia, tendrás energía violenta. Si comes comida que está preparada meditando, estarás en mayor armonía”, explica la activista.

Comer vegetariano complica la vida porque no se puede comer rápido y barato – Laksmi muestra lo contrario, comida rápida, al alcance de tu bolsillo y además rica que no se excluye con el rechazo  de comer carne. Entonces, si la próxima vez tienes prisa, toma una de las hamburguesas de Laksmi que además de calmar tu hambre, te dejan con una sonrisa energética.

Mito 3: Ser vegetariano excluye socialmente
Prueba 3: La Casa de los Ningunos – Donde cada uno es parte de lo grande.


La Casa de Los Ningunos abre sus puertas cada jueves con comida consciente (Rosendo Gutiérrez Nº 696)

Todo empezó hace cuatro años cuando Juan (nombre ficticio) quería emanciparse de sus padres y alquiló una casa para desarrollar actividades ambientales. Después de escuchar el poema “Los Nadies” del escritor Eduardo Galeano por la radio, el nombre fue decidido: “La Casa de los Ningunos”. Sin embargo, al contrario de la sugerencia, todos son bienvenidos a este lugar. Por eso, cada semana la comunidad abre sus puertas para “el jueves de comida consciente”. Aparte de un almuerzo delicioso por 20 Bolivianos, uno se encuentra alrededor de gente diversa y charlas que pueden abrir el horizonte. Apniuq, un amigo del chico mencionado, nos lleva a los principios de la casa y la idea alrededor de comida consciente:

“Entendimos desde el principio que la comida es un acto político que tiene consecuencias ambientales, sociales, económicas. Por ejemplo, cuando hablamos del impacto ambiental de la carne, sabemos por datos de la ONU que la producción de carne a nivel mundial emite más gases que el transporte global. Para difundir esta información hicimos el primer festival de comida consciente en octubre de 2012. Nunca esperamos que 300 personas vayan a venir. La conclusión de eso fue: Claro, todos comemos, la comida es un tema muy importante” cuenta Apniuq. De ahí, cada jueves la comunidad invita a chefs y sus equipos para preparar un almuerzo que sea compatible con la idea de comida consciente. Así, la casa experimentó con menús que la gente puede replicar en sus casas. “Cuando dejas de consumir carne, empiezas a pensar ¿Que voy a comer? El jueves de comida consciente puede ser una inspiración”, explica Apniuq.

Mientras tanto, Apiniuq aclara que la casa no es un restaurante, sino una comunidad que realiza una campaña. Por eso, antes de comer se enfoca en un criterio de comida consciente y comparte información sobre ésta. Después del almuezo, cada uno lava su propio plato. Además, la gente puede venir para ayudar a cocinar y alistar el lugar antes del almuerzo. En cambio, ellos reciben un plato de comida. “Alguna gente que ayudó, luego se quedó viviendo en la casa”, ríe Apniuq. El aporte económico de los jueves de la comida consciente ayuda a la comunidad seguir con otras actividades como ferias, la cultivación de propios alimentos o talleres.

Por lo tanto, si alguien te dice que ser vegetariano te excluye socialmente, cuéntale de esta casa en la que ninguno se siente solo.

*Olga Yegorova es voluntaria de la Deutsche Welle Akademie en la Fundación para el Periodismo.