En la mañana del miércoles,  el Observatorio “La Paz, Cómo Vamos” organizó el Foro “La Paz, Ciudad Patrimonial”,  en el auditorio de la Universidad Nuestra Señora de La Paz. Los oradores invitados hablaron sobre el estado actual y el futuro de la arquitectura patrimonial en La Paz. Los cuatro presentadores, Fernando Cajías, Ximena Pacheco, Ivan Claros y Ronald Terán, trabajan hace años por la preservación de esta cultura. Y todos están de acuerdo: Más y más crece un sentimiento por la belleza, pero para preservar las casas, todavía falta una línea concreta de la municipalidad y del gobierno.

Como en muchas ciudades del mundo, La Paz hacía un error en su cultura política. Con el aumento de los habitantes, crecía la necesidad de espacios para vivir y en los años 70, el gobierno apoyó la construcción de nuevos y altos edificios. Fernando Cajías, historiador y promotor cultural, lamenta este desarrollo. “Desde entonces han desmedrado todo el patrimonio y por eso muchas casas son ruinosas hasta hoy”. Este desarrollo llevó a que muchos dueños de casas viejas quisieran vender su propiedad, en vez de conservarla.

Por otro lado, Cajías habla sobre un cambio positivo en la restauración de las casas patrimoniales en los últimos años. “Se ha logrado una buena parte, diría que un 70% han cumplido con esto hasta ahora, pero faltan todavía 30% de la arquitectura patrimonial”, dice el historiador. Que todavía haya muchos edificios sin restauración es en parte a causa de la falta de dinero, pero Cajías insiste, que el mayor problema es la sensibilización por valor del patrimonio cultural.

La segunda presentadora, Ximena Pacheco, directora de Patrimonio Cultural y Natural, confirma este dilema. “Toda la gente quiere identificarse con el patrimonio, pero todavía hay una compresión como una tranca. Yo no lo entiendo así, sino como un aspecto del desarrollo”. Pacheco propone generar los instrumentos legales, que les faculten para preservar este patrimonio. Existe una Ley del Uso de Suelos Urbanos (LUSU), que indica la restauración y la nueva construcción de casas en la ciudad. La Dirección del Patrimonio está actualizando norma, para que una parte que haga referencia al tema del patrimonio, para poder dar mayores impulsos y marcos.

Al contrario, Ronald Terán, del Colegio de Arquitectos, critica que todavía no existe una nueva normativa. “La ley del patrimonio, que por lo menos lleva desde 20 años, no sale y seguimos esperando. Lastimosamente mientras esto sucede, vamos perdiendo patrimonio”. Terán se refiere al conflicto entre las leyes internacionales y del gobierno, que permiten una preservación adecuada hasta hoy.

“Tenemos otros mecanismos de control entre el municipio, por ejemplo los decretos, resoluciones y protecciones que vienen con cada uno de los edificios, pero son formas aisladas. Cuando haya realmente una ley del patrimonio, tendremos que pasarnos y regirnos a esta ley”, dice el arquitecto. Agrega que mientras no exista la ley, el vandalismo, las malas intenciones y los caprichos de ciertos políticos van a continuar con la pérdida del patrimonio. “Lastimosamente el turista no viene a ver una ciudad moderna. Lo que quiere el turista es ver sitios que se han preservado”.

La ley, que estaba preparada, se ha vuelto a revisar, pues se propone la incorporación de elementos como el patrimonio inmaterial, y dentro de las costumbres de cada región se busca proteger las manifestaciones culturales, bailes, vestimenta y las costumbres, que tiene en esta diversidad cultural.

El trabajador independiente Iván Claros concuerda con el arquitecto Terán. “Yo tengo clientes que tienen casas patrimoniales, las cuales no pueden tocar, aunque quieran hacer una restauración, integral de interiores, por ejemplo. Las fichas de catalogación están completamente obsoletas y tienen muchas trabas para poder preservar las fachadas o casas privadas”, comenta.

Claros como Terán tienen dos deseos: que la ley sea aprobada este año y sea una norma, en la cual todos participen y que pueden hacer una catalogación, un inventario en el que se especifique los tesoros que tiene la ciudad.