Palca, Achocalla y Mecapaca: nuestro cinturón verde del futuro

 

Olga Yegorova*

Caminando por La Paz y El Alto, uno raramente encuentra parques o áreas verdes que son suficientemente grandes para limpiar el aire de las contaminaciones diarias. Sin embargo, las artificialmente separadas ciudades no dejan de crecer a una velocidad tremenda. Mientras en 1960 El Alto contaba unos 30.000 habitantes, hoy en día la ciudad del altiplano acoge a casi 850.000 personas. A causa del continuo crecimiento de la metrópolis los municipios se enfrentan con retos enormes. ¿Cómo podemos evitar que el cielo paceño del futuro no se pinte de gris por el smog? ¿Cómo aseguramos que la gente de la periferia no se mude hacia El Alto, sino revitalice sus propios barrios? ¿Cómo se presentarán las metrópolis sostenibles, productivas y con calidad de vida en los próximos 20 años?

Esos fueron las preguntas que un grupo de estudiantes de arquitectura del tercer y cuarto año se plantearon a partir de febrero de este año. Apoyados por sus docentes de planificación urbana, elaboraron proyectos que proponen soluciones sostenibles para la metropolización de La Paz y El Alto. Para este fin, los futuros arquitectos crearon el concepto del “cinturón verde” que abrazará y alimentará las zonas urbanas de las dos ciudades. Este cinturón está conformado en las zonas menos transformadas del área: Palca, Mecapaca y Achocalla. El Profesor Jorge Sainz, dirigente de los proyectos, explica: “La planificación urbana no incluye solamente los edificios sino también lo verde. Por eso pensamos que los equipamientos son necesarios para una metrópoli sostenible, de calidad de vida y con bienestar económico”.

Las propuestas fueron entregadas a los municipios de Palca, Mecapaca y Achocalla desde el 22 hasta el 24 de junio, justo en concomitancia con la elaboración de los “Planes de Desarrollo Territorial Integrado” (PDTIs). La gran esperanza es que las propuestas universitarias podrán servir como lineamiento. “Esperamos que un 60 por ciento de estos proyecto será realizado. Ahora tienen el primer paso del diagnóstico, que basan en fichas técnicas que hablan de la problemática, de los objetivos del proyecto y de lo que se espera de su realización, incluyendo los tiempos y los presupuestos tentativos. Estas maquetas detalladas permiten que los municipios tengan una visión que ni los habitantes ni los alcaldes han visto previamente. A veces, al realizar un plan de desarrollo, se empieza a pensar en cosas pequeñas que no solucionan nada a lo largo del tiempo. Nosotros planeamos proyectos de gran impacto”, explica docente y arquitecto Vladimir Quisbert.

Al contrario de proyectos universitarios convencionales que se crean adentro de cuatro paredes, los alumnos estudiaron y descubrieron cada zona localmente. A través de entrevistas con los habitantes, investigaciones de la topografía, del clima y de observaciones profundas de los municipios se elaboraron las propuestas. “Cada municipio tiene una problemática. Por ejemplo, en Mecapaca los inmuebles están creciendo y amenazan los terrenos para la cultivación. Achocalla tiene problemas de contaminación en el río y contaminación ambiental. Y Palca también tiene desafíos ambientales”, cuenta Vania Calle, parte del equipo de docentes.


Alumnos de cada municipio muestran sus propuestas.


Achocalla y su laguna turística


Mario Eduardo Huanca y Lady Condori Loza muestran la maqueta de Achocalla

Al empezar la investigación, Mario Eduardo Huanca y su grupo hablaron con los habitantes de Achocalla. “Nos dijeron que la laguna no está cuidada y que se podría darle uso turístico para generar ingresos económicos para ellos y el bien del municipio. Entonces hemos determinado que la vocación de Achocalla es turística por su lago, el clima y su ubicación entre El Alto y La Paz. Un parque botánico podría destacar el clima y toda la vegetación de Achocalla y beneficiar tanto a los visitantes como también generar un ingreso económico para los habitantes”.

“Para que la gente no migre de Achocalla, el grupo plantó medidas para mejorar la calidad de vida. “¿Por qué migran las personas a El Alto? Porque hay una falta de equipamientos que son necesarios para ellos. No queremos que abandonen sus casas. Por eso planeamos cuántos colegios, unidades de salud y equipos de recreación ellos necesitarán de aquí a veinte años. Además planteamos una sede social, un instituto de formación superior. La otra parte se preocupa por el desarrollo urbano. Plasmamos una planta de tratamiento de agua donde se reciclará el agua para el cultivo”, comenta la estudiante Lady Condori Loza.

Mecapaca se convertirá en un paraíso verde

Tania Olivarez y Yura Manani muestran un cuadrado de la maqueta de Mecapaca

Hoy, Mecapaca tiene unos 789 habitantes. En 2036 los estudiantes estiman que la población crecerá de unas 400 personas más y desarrollaron conceptos que responden a las necesidades de las personas. El grupo que trabajó en Mecapaca se fundó en tres principios fundamentales: el aspecto ambiental, que enfrenta temas como la contaminación del agua, el aspecto urbano como el desarrollo de equipamientos básicos y el aspecto fiscal que incluye los costos para la realización.

Los alumnos destacaron diferentes potencialidades que Mecapaca podría fortalecer en los próximos veinte años. “Mecapaca es uno de los únicos lugares de la ciudad que no se ha tocado o lastimado tanto. Por eso es muy importante revitalizar lo verde, como La Paz tiene muy pocos espacios verdes. Por ejemplo, vimos que existe un cementerio totalmente abandonado. De esta observación propusimos un cementerio forestal que se conecta con un parque y un circuito turístico alrededor del río. También vimos que hay gente que hace deportes extremos en Mecapaca. Esa tendencia se puede fortalecer para generar más ingresos para los habitantes.

Entonces, existe mucho potencial turístico más allá de la agricultura”, cuentan Tania Olivarez y Yura Mamani.

Palca será sede de agroturismo


Salomón Espejo Quispe muestra su pedazo modelo de Palca

Según el grupo que investigó proyectos en Palca, la región tiene una vocación productiva, ya que se cultivan alimentos de gran variedad. Sin embargo, un problema de Palca es que en épocas secas la gente sufre de falta de agua para sus cultivos. Otro aspecto que el alumno Salomón Espejo Quispe y su grupo solucionaron es el tema de la basura. Para que no se boten desperdicios libremente, se planteó una poza que separa diferentes tipos de deshechos.

Los estudiantes también proponen un uso turístico de Palca. “Sobre la base de la producción agraria se podría elaborar el agroturismo. El valle de las ánimas será un punto focal y se convertirá en un lugar turístico comunitario, en el cual los turistas nacionales e internacionales pueden visitar y los habitantes se preocupan de las facilidades. Estamos proponiendo hospedajes y pabellones culturales que van a mostrar cómo Palca se transformó históricamente. Por ejemplo los habitantes nos contaron que antes había un lago que secó y está usado como placita hoy en día”, explica Salomón Espejo Quispe.

El equipo de estudiantes que elaboró el “Cinturón verde” de las metrópoli

 El gran equipo de estudiantes y profesores trabajó unos cinco meses para que la metrópoli tenga un futuro sostenible y de alta calidad de vida en los próximos veinte años. Ahora les toca a los municipios usar su pericia y asegurar este futuro para los ciudadanos.

*Olga Yegorova es voluntaria de la Deutsche Welle Akademie en la Fundación para el Periodismo.