El Diario

Uno de los problemas que preocupa más a los habitantes de la ciudad de La Paz es la inseguridad ciudadana. Según una encuesta presentada ayer, por el Observatorio La Paz Cómo Vamos, el 83 por ciento de los paceños dice que la inseguridad es uno de los principales problemas de la urbe.

La mañana de ayer, el Observatorio junto a la Embajada Suiza, la Cámara de Comercio y la comuna paceña presentaron los resultados de la V encuesta de Percepción Ciudadana sobre la calidad de vida en La Paz. El tamaño de la muestra de la encuesta fue de 1.000.

Según la encuesta, los cinco principales problemas de la ciudad de La Paz son la inseguridad y delincuencia (83%), el ordenamiento del transporte en general (42%), la convulsión social (39%), el servicio de transporte público (37%) y la limpieza de vías y espacios públicos (83%).

El 70% de los entrevistados considera que la ciudad de La Paz es poco seguro, el 14% seguro, el 1% nada seguro.

Según la revista La Paz ¡Así Vamos! del Observatorio La Paz Cómo Vamos, señala que los resultados de la encuesta realizada en la gestión 2015, la percepción de inseguridad fue en aumento en los últimos tres años.

“En el 2013, el 66 por ciento de la ciudadanía calificaba a la ciudad como insegura; el 2014, el 56 por ciento y; el 2015, el 70 por ciento. Esto quiere decir que, a juicio de los habitantes de la urbe paceña, el problema se agudizó a pesar de las inversiones y los planes de seguridad ciudadana que implementaron el gobierno central y municipal”, señala.

Los vecinos piden a las autoridades poner mayores módulos policiales, mayor número de efectivos policiales que puedan realizar patrullajes constantes en los macrodistritos.

Según la socióloga Renate Hofmann, quien escribió para la revista La Paz ¡Así Vamos!, señala que esta encuesta pone en evidencia cuán lejos está la gente de vivir sin miedo de ser víctimas de violencia, delitos y crímenes.

“El concepto de seguridad ciudadana no significa simplemente que los ciudadanos se cuiden, y menos aún, que tomen la justicia en sus propias manos. Implica, principalmente, que los ciudadanos sean tomados en serio y escuchados; que los responsables rindan cuenta de sus políticas para reforzar la seguridad. Además de contar con una policía creíble y una justicia justa, significa discutir con la población cómo se crean condiciones que abren perspectivas de vida sin violencia (…)”, indica Hofmann en el texto.