Tras medio siglo de monopolio de los gremios de choferes, con una frustrada experiencia edil en la década de los 80, hoy se pone en marcha el Sistema Municipal de Transporte (Setram) en La Paz, con los buses PumaKatari.
El evento marca un hito en la historia del transporte, no solo local, sino nacional, pues La Paz se convierte en el primer municipio en iniciar la implementación de transporte masivo.
Además, en abril se anunció el inicio de operaciones de la Línea Roja del Teleférico Metropolitano La Paz-El Alto —proyecto impulsado por el Gobierno nacional, que será operado por una empresa pública— que transportará a 6.000 pasajeros por hora y reducirá el tiempo de desplazamiento a poco menos de diez minutos.
Los buses, fabricados por la china King Long, tienen capacidad para llevar a 61 pasajeros, el equivalente a cuatro minibuses y ocho trufis. El Setram, que comienza hoy con dos rutas, Inca Llojeta-Parque Urbano Central (PUC) y Villa Salomé-PUC, es semiexpreso, ya que usa rutas alternas y tiene paradas definidas: 34 en la primera y 37 en la segunda. La ruta 3 (Chasquipampa-PUC) operará desde el 3 de marzo y tiene 38.
Se prevé que el Setram movilice en sus tres primeras rutas a 20.000 personas por día.
En horas pico, la frecuencia de llegada de buses a las paradas será de 7 a 8 minutos (min), de 09.30 a 12.00 (de 12 a 15 min); de 20.30 a 23.00 (30 min) y entre las 23.00 y 05.00, de una hora.
Además, como nunca antes, se habilitaron en cada ruta puntos especiales de abordaje y descenso de personas en sillas de ruedas: cinco en la primera, 11 en la segunda y 14 en la tercera (ver páginas centrales). El otro cambio fundamental es el servicio de 24 horas —el tradicional casi desaparece a partir de las 21.00—, los 365 días, incluyendo feriados. Ni siquiera el sistema del cable operará toda la jornada, sino solo 17 horas.
La seguridad dentro del bus para los usuarios y el monitoreo de cada unidad con dispositivos GPS (geolocalización) de los buses para garantizar que no sobrepasen los 60 kilómetros por hora, ascensor para sillas de ruedas, asientos preferenciales para grupos vulnerables, menores, ancianos y embarazadas, son algunas de sus características centrales.
Los pasajeros podrán conectarse gratis al Wi-Fi (internet inalámbrico) y el sistema de pago, aunque sea en efectivo de inicio, será validado a través de sensores manejados por una notebook que permitirá el giro del torniquete, que garantiza que no se evada el pago del pasaje.
Los vehículos fueron diseñados por técnicos bolivianos para posibilitar el transporte público masivo en la accidentada topografía de La Paz, con vías de alta pendiente, estrechas en vías urbanas y en las laderas de la ciudad.
Al margen de las características técnicas, hay otros factores que garantizarán la calidad del servicio. Los conductores, cuya licencia tienen todos la categoría exigida por ley, fueron capacitados y acreditados por el Automóvil Club Boliviano. Usarán uniforme y trabajarán con los “anfitriones”, encargados del cobro de los pasajes y de responder a las consultas del público.
“Va a significar un cambio trascendental en la forma de vida que tenemos en La Paz. Actualmente los sistemas de transporte en todos los lugares no solo son el traslado de pasajeros, sino un eje en la planificación de las ciudades. Con el sistema que vamos a implementar se va a cambiar la vida de las personas. El nuevo sistema de transporte es público y estará al servicio de los ciudadanos”, recalcó el alcalde Luis Revilla.
El actual servicio, en manos de sindicatos, asociaciones y cooperativas de transporte, nació en los años 60, cuando se eliminó el tranvía. Entonces aparecieron los colectivos y micros de la mano de los sindicatos de choferes.
Para terminar con su monopolio, en los años 80 se avaló la constitución de cooperativas y asociaciones del transporte libre, los que sin embargo asumieron un tipo de organización similar a la de los sindicatos. En los años 90 los minibuses, que tienen capacidad para trasladar a 14 pasajeros, comenzaron a multiplicarse sin control.
René Chávez, especialista en transporte, sostiene que en 2000 el sistema colapsó. “Cuando un viaje dura más de lo previsto es una señal de que el servicio ha colapsado”, argumentó.
En La Paz operan actualmente 540 líneas de transporte urbano, de las cuales 463 (86%) pertenecen al gremio sindicalizado, 59 (11%) al sector libre y 18 (3%) a las cooperativas.
En 2011, la Alcaldía efectuó un diagnóstico. En el aspecto legal observó que si bien había un marco normativo coherente, existía poca capacidad de control coercitivo. En el aspecto operacional, detectó un sistema desordenado, desorganizado, con baja capacidad de planificación interna y sin mecanismos de autocontrol y autorregulación.
Para hacer posible la transformación, la Alcaldía trabajó tres años en el proyecto del Setram, en el que invirtió aproximadamente $us 15 millones, $us 10 millones en la compra de los buses y los $us 5 millones restantes, en la implementación del Setram.
Para poner en marcha el servicio, los buses se concentrarán desde las 05.00 de hoy en los patios de las rutas 1 y 2, aunque la inauguración oficial, a cargo de Revilla, está programada para las 07.00, en Inca Llojeta.
Para asegurar eficiencia, en las últimas dos semanas se hicieron recorridos cronometrados, simulación de ascenso y descenso de pasajeros, manejo de caja chica para el cobro de pasajes y rotación del personal, remarcó el oficial asesor, Gustavo Bejarano.
El Setram es un ente desconcentrado de la Alcaldía, que tiene su propio centro administrativo y financiero, que contará inicialmente con 281 funcionarios.
De acuerdo con Chávez, si bien el proyecto no resuelve el problema del transporte, es un gran paso. “Para los usuarios es muy beneficioso, porque conocerán una nueva forma de servicio, que tenga calidad. También ayudará a que los usuarios puedan reeducarse”, añadió.