Ocurre algo llamativo en nuestra ciudad en el día de jornada electoral. Desde las 6:00 grupos de vecinos y familias comienzan a colocar asientos, mesas y mostradores rudimentarios. Ofrecen diferentes productos a las personas que llegan al recinto escolar, donde ejercen su derecho democrático. Este es el caso de varios barrios de la ciudad de La Paz, donde la jornada electoral se convierte en una oportunidad económica y de interacción para algunos.
Tomando como ejemplo el recinto “San Luis”, de la zona de Sopocachi Alto, los vecinos proporcionan comida, refresco, helados, dvds, hasta libros para pasar el domingo electoral distraído. Asimismo, los votantes promueven esta actividad comiendo y comprando lo que su vecindario les brinda.
Esta jornada no es sólo una oportunidad comercial para las personas cercanas, sino también una oportunidad de diálogo con la vecindad. En este acto comunitario se encuentran personas que, ocasionalmente, se ven al llegar a sus domicilios, al tomar una movilidad o al pasar por los alrededores de la zona. En estas “ferias barriales” se genera la confraternización de los vecinos que llegan a entablar conversaciones de la cotidianidad de su barrio. Traspasan las barreras del saludo esporádico para conocerse más y conocer al vecindario.
Estas actividades son potenciadas por los mismos vecinos que ya han cogido ésta como práctica habitual en un día electoral. El armar un área de interacción social es productivo para estos barrios, de esta manera los vecinos llegan a conocer mucho más su entorno, las virtudes y problemas comunes que tienen sus vecindarios.