Javier Q. (14) tuvo que esperar hasta las 17.00 de ayer para retornar a su casa en Ciudad Satélite, pues a esa hora encontró transporte público. Salió a las 06.00 desde su domicilio en El Alto y caminó hasta su colegio, en La Paz, pero no hubo clases. “Llegué al establecimiento a las 08.00 pero estaba cerrado, no tengo más que esperar hasta la tarde”, dijo resignado.
Al igual que este adolescente, cientos de personas tuvieron que trasladarse a pie debido al paro cívico convocado por la Asamblea de la Paceñidad en contra de los resultados del Censo de Población y Vivienda 2012, que establece una disminución de 28.676 habitantes y, por consiguiente, una reducción en la asignación presupuestaria, calculada en Bs 155 millones al año.
“La primera agresión ha tenido que ver con los resultados de un censo hecho con ineficiencia que han arrojado una disminución arbitraria de la población”, enfatizó el alcalde Luis Revilla. Desde las 04.00, vecinos de los 23 distritos que componen la ciudad (21 urbanos y dos rurales) se organizaron para bloquear al menos 26 puntos estratégicos.
En el cruce de las villas San Antonio y Copacabana, las avenidas Perú, Sucre, Saavedra, Tejada Sorzano, Camacho, Pazos Kanki, Costanera, Kantutani, las plazas Uyuni, del Maestro, y las calles 17 de Obrajes, 21 de Calacoto y otras, el panorama era similar: no había paso.
En algunos puntos aprovecharon los escombros de las obras de instalación de gas domiciliario para bloquear las vías; en otros, como en la plaza del estadio, las calles amanecieron con promontorios de distintos materiales. El director departamental de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), coronel Julio Mariscal, informó que fueron detenidas siete personas.
La autoridad precisó que una de ellas era el conductor de una volqueta particular que echaba tierra en la autopista. Además, los manifestantes usaron maderas, llantas, troncos, ramas y hasta calaminas para obstaculizar el paso. Ante ese panorama, algunos vecinos jugaron fútbol y aprovecharon las calles vacías para compartir.
Por la mañana, el paso de los motorizados era casi imposible, cerca del mediodía empezaron a circular minibuses y trufis que desde la plaza Triangular iban sólo hasta la calle 17 de Obrajes y daban vuelta; al anochecer el tráfico se normalizó.
Mientras algunos vecinos apoyaban la medida, otros la descalificaban por el perjuicio ocasionado. Esta polémica se trasladó hasta las redes sociales, en las que se criticaban tanto la medida como la represión para evitarla. También circularon algunos documentos como el publicado por Página Siete en el que una junta vecinal obligaba a sus miembros a participar en el bloqueo o resignarse a no recibir el canastón de fin de año.
Otro escrito, al que tuvo acceso La Razón, señalaba que personal de la Alcaldía estaría comprometida a coordinar la medida en al menos 21 puntos de la ciudad. La Terminal de Buses suspendió sus actividades desde las 00.00 hasta las 14.30, cuando empezaron a vender boletos para viajes tanto al interior como al exterior del país. Los mercados permanecieron cerrados, así como las unidades educativas.
Sin embargo, y pese a la medida de protesta, las sucursales bancarias, bastantes comercios y los supermercados abrieron sus puertas, aunque la afluencia de público era mínima. Gran parte de los restaurantes de la ciudad también ofrecieron sus servicios durante la jornada. La manifestación no se cerró a ceder el paso a ambulancias y otro tipo de vehículos que cumplían funciones de emergencia.