El 16 de Julio retrotrae la gesta libertaria, pero la coyuntura expone problemas vinculados a la planificación del desarrollo en La Paz. Una reducción poblacional y la falta de equipamiento regional son dos aspectos centrales que impiden ese despegue de región metropolitana, más allá de la sede de gobierno.

En el Observatorio La Paz Cómo Vamos se han problematizado cómo repensar y reorganizar el territorio con una visión de conjunto. El arquitecto Jorge Sainz, miembro de la mesa técnica en el Observatorio, explica algunos de los problemas de fondo que enfrenta la región metropolitana de La Paz.

Perdiendo población
El decrecimiento del parque industrial y de la población de La Paz y El Alto es una preocupación central para la planificación del desarrollo y la planificación urbana.

Sainz recuerda que en la última década El Alto ha disminuido su crecimiento de 9% a 3%, mientras que La Paz está en negativo. Entre ambas urbes el crecimiento vegetativo es del 2%, “una tasa mínima para aspirar a impulsar un desarrollo sostenible”.

La población es fundamental para planificar qué producir, cómo producir y para quién producir. Pero La Paz ha reducido su población, respecto de total país, de 31,6% en los años 50 a 27% en el Censo de 2012. Santa Cruz, en cambio, ganó peso al concentrar al 9,6% de la población del país en los años 50 a concentrar al 26,5% de la gente actualmente.

Un sistema vial de transportes es un equipamiento urbano regional básico en esa reorganización del territorio. Se trata de crear un sistema de transporte, no únicamente modos de transporte (teleférico, buses municipales), para garantizar un orden en los costos de producción y el tiempo invertido en esa producción.

“Luego queda organizar equipamientos urbanos regionales que sean productivos. Así se puede organizar el territorio, ya no en base a la migración, sino con base en la productividad”, dice Sainz. Cuando se menciona la región metropolitana se piensa en unos 14 municipios ubicados a una distancia de 100 kilómetros de El Alto y La Paz.

Los equipamientos planificados permiten contar con servicios y productos competitivos, capaces de llegar al consumidor final mediante un sistema organizado, en poco tiempo y con costos mínimos. A la vez permite a la población, productora y/o consumidora, organizar su tiempo y sus ingresos, por tanto mejorar su calidad de vida.

Sin planificación
Sainz expone el ejemplo de la crisis en la dotación de agua potable en 2016, un hecho que demostró una debilidad en infraestructura y equipamiento para abastecer de ese servicio básico a todo un conglomerado. En la mesa técnica del Observatorio se ha estudiado y analizado este problema, desde el punto de vista de la presencia del riesgo. Curiosamente el riesgo identificado lo provocan los distintos niveles del gobierno (central, municipal) con su falta de planificación, previsión y coordinación entre las oficinas encargadas.

Para el arquitecto Sainz, planificar la región “es volver a tener un horizonte”. La planificación de los años 70, que pensó la autopista La Paz-El Alto y pensó la no realizada autopista de la Periférica, no tuvo un correlato.

Una planificación es todavía más importante si se piensa que el altiplano, por tanto La Paz como un conglomerado importante, tienen relación con el Norte de Chile, el Sur del Perú y el Norte de Argentina.

Foto: apabol.blogspot.com

Fuente: http://www.pieb.com.bo/sipieb_nota.php?idn=10579