A menos de tres meses de las elecciones presidenciales en Bolivia, hay dos certezas sobre Evo Morales: lidera las encuestas de intención de voto y su partido, el Movimiento al Socialismo, le ha confiado una vez más su liderazgo. En este contexto, cabe preguntarse si habría la posibilidad de que exista un candidato que suceda al actual Mandatario. “El punto clave es que si Bolivia no consigue eso, hemos fracasado históricamente en la transformación que se buscó el año 2006”, afirmó Carlos Mesa en la inauguración del taller de Cobertura Periodística en Procesos de Elecciones, realizado por la Fundación para el Periodismo.

Evo Morales tiene una estructura histórica y con objetivos claros. Por otro lado, los partidos opositores sólo tenían el objetivo, por lo menos en 2005 y 2009, de hacerle frente al Presidente ¿Cambió la situación de los partidos opositores para esta elección?

Yo creo que sí. Creo que hoy tenemos una idea: la posibilidad de construir partido no coaliciones frágiles que se van a diluir en el proceso post electoral; segundo, hay programa. He leído el de Unidad Nacional y tiene ideas específicas y concretas. Lo propio el Movimiento Sin Miedo. No conozco todavía la propuesta del ex presidente Quiroga ni del candidato Vargas, pero mi impresión es que aquí hay proposiciones distintas. Estamos empezando a vislumbrar la construcción de un sistema de partidos  por primera vez desde la crisis de 2003.

Hay partidos opositores, pero no hay una coalición estructurada que haga frente y sea sostenible en el tiempo ¿Por qué se da esta situación?

Cuando tienes un candidato que polariza, como el presidente Morales, hay una dificultad. Primero, hay que lograr un objetivo básico: derrotar a un candidato tan poderoso, y a veces eso supedita todo lo que es  programa, estructura y mirada de largo plazo. La combinación de las dos cosas es lo difícil y eso es lo que, en las anteriores elecciones, no se pudo lograr. En éstas, por lo menos se empieza a vislumbrar una posibilidad. Todavía es pronto para decirlo y habrá que esperar el resultado electoral.

Si Morales logra la victoria, estaríamos entrando al tercer periodo de mandato. Usted dijo que esto le parecía un hecho inconstitucional ¿Dónde está el rol de los medios de comunicación en esta situación?

El momento clave o culminante fue cuando el Tribunal Constitucional dio su fallo y dijo que era viable y, por lo tanto constitucional, el proceso de reconocer la tercera elección del presidente Morales. En ese momento, los medios debieron hacer un análisis más en profundidad. Sobre todo, el problema que enfrentaron los medios fue que la reacción de los partidos de oposición no fue lo suficientemente vigorosa ni hubo una manifestación masiva en las calles en contra de este proceso. Entonces, la dificultad está en que cuando no se tiene una movilización social, en un sentido de protesta lo suficientemente fuerte, es muy difícil que eso sedimente y se convierta en un movimiento para contradecir la decisión del Tribunal.

Si gana Evo Morales, ¿qué pasaría con la oposición? ¿Seguiría fragmentada?

Mi impresión es que la oposición, aún perdiendo, tiene la oportunidad, y me da la impresión de que ha aprendido de la lección del pasado, de constituir un bloque unido dentro de la Asamblea Legislativa. Creo que hay una oportunidad, una idea de partido, de programa y aparentemente hay un liderazgo  fuerte en las candidaturas. Mi impresión es que vamos a tener una mejor estructura parlamentaria de oposición ahora y, eventualmente ¿por qué no? de ganar la elección. No demos por sentado lo que todavía no ha ocurrido.

Si la elección llegara a una segunda vuelta, ¿qué pasaría con los votos de los partidos de oposición en esta situación?

No es fácil llegar a una segunda vuelta, pero no imposible. Yo creo que las perspectivas del candidato que enfrente al Presidente Evo Morales, pueden acercarse a un 35%. Nunca hemos llegado a eso, pero a primera vista diría que el Presidente podría conseguir una alianza de determinados sectores sociales, pero la oposición tendría un desafío interesante. Podríamos preguntarnos qué pasaría con los otros candidatos y determinados movimientos de oposición que pudieran sumarse al candidato que enfrentase al presidente Morales.

El MAS es un partido que, por lo que hemos visto, ha depositado su liderazgo en el presidente Evo Morales ¿Habría la posibilidad de que tengan un candidato que pueda suceder al Primer  Mandatario?

Debería. El punto clave es que si Bolivia no consigue eso, hemos fracasado históricamente en la transformación que se buscó el año 2006, más allá de si el Presidente es bueno o malo, o  de si hay gente que cree con toda legitimidad que quiere votar por él. Lo que es importante es que Bolivia debe concebir un futuro sin Morales. Eso tiene que ser parte de nuestro ejercicio democrático. Si el país no es capaz de generar un liderazgo y una presidencia estable después de Morales, es un fracaso del país y del propio Presidente.

Si Morales no llegase a ser presidente el próximo año, ¿volveríamos a la inestabilidad? Tenemos cierta dependencia hacia él ¿Es un arma de doble filo?

Es más que eso. Es un problema histórico no resuelto. Si un país tiene anclada su estabilidad en una persona, es que no hay instituciones, no hay partido social ni una sociedad madura. La pregunta no se responde hasta que ocurra. Pero la presunción es: para una eventualidad de un presidente que no fuera Morales, hay un doble desafío. No solamente esta olla que está en ebullición en Bolivia de movimientos, bloqueos, paros, etc. sino ¿cuál sería la actitud del Presidente como jefe de la oposición? ¿Volvería a la práctica con una experiencia multiplicada por diez de la lógica que tuvo para llegar al poder en el año 2005?