La semana pasada estuve en La Paz, Bolivia, invitado por el Observatorio «La Paz, Cómo Vamos?» para, entre otras cosas, hablar de las relaciones entre las iniciativas de desarrollo de la Sociedad de la Información en el ámbito municipal [Smart Cities, Ciudades Inteligentes] y los «ecosistemas» emprendedores locales. En otras palabras, para hablar de «Ciudades Inteligentes con corazón emprendedor«.
La conferencia pretendía servir de punto de partida para una reflexión sobre las relaciones que pueden establecerse entre iniciativas de Ciudades Inteligentes, normalmente impulsadas desde la Administración, y el crecimiento y evolución de comunidades de emprendedores que ponen en marcha iniciativas innovadoras de alto crecimiento [start-ups] en la Ciudad.
Debido a las limitaciones de tiempo que imponía el programa, me limité a presentar algunas ideas clave y a proporcionar varios ejemplos de cómo funciona una comunidad de emprendedores activa, en este caso la de Madrid. En la presentación hablé de muchas personas conocidas en el ecosistema emprendedor madrileño [y, en algún caso, más allá de las fronteras de nuestro país]. No están todos los que son, sería imposible, pero al menos todos los que están citados, son.
Cuando hablo de emprendimiento en Ciudades Inteligentes hablo del “corazón emprendedor” de la ciudad, porque hablo de pasión, creatividad e ingenio, espíritu de sacrificio y de superación, cualidades todas ellas que representan bien al emprendedor y de las que cualquier proyecto de Ciudad Inteligente se beneficiaría sin ninguna duda. Se dice que personas inteligentes hacen Ciudades Inteligentes. Añadiría que las mejores Ciudades Inteligentes son impulsadas por una comunidad dinámica e innovadora de emprendedores no menos «inteligentes.
Si bien no es necesario que una Ciudad Inteligente acoja una comunidad de emprendedores para que alcance sus objetivos [y viceversa: no es necesario para el florecimiento de dicho tipo de comunidades locales que la Ciudad sea considerada “inteligente”], estoy bastante seguro de que una comunidad de emprendedores «sana» proporciona muchos beneficios a la Ciudad Inteligente, a la vez que se sirve de ella como plataforma para el desarrollo de productos o servicios innovadores.
El emprendedor innovador puede aprovechar la infraestructura, los datos capturados y almacenados y otros recursos de la Ciudad Inteligente para desarrollar productos y servicios que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos [estoy explorando el concepto de Smart City Entrepreneurial Lab, la Ciudad Inteligente como laboratorio de pruebas para emprendedores] y, en ocasiones, marcará la dirección en la que deben continuar los esfuerzos de la Administración y otros agentes, anticipándose a éstos mediante el desarrollo de su oferta de productos y servicios.
Sólo me queda añadir que he vuelto encantado del viaje, pues tuve la oportunidad de conocer a muchas personas maravillosas, tanto en el ámbito de la Administración Local como de la comunidad de emprendedores de La Paz, con las que espero seguir en contacto en el futuro. Quede constancia aquí de mi agradecimiento a las personas del equipo de la Fundación para el Periodismo, que actuaron en todo momento como excelentes anfitriones.